Voy a hacerles una pequeña confesión. Desde niño, nunca he logrado gastarme en una librería el dinero que tenía asignado. Siembre acabo haciendo compras compulsivas. Reconozco ese defecto pero cuando un amigo me invitó a la a V Feria del Libro Independiente asumí que sería diferente. En realidad no iba a comprar libros sino a conocer editoriales. Así que entré en la librería Rosario Castellanos con la firme intención de no comprar más que un poemario que ya tenía visto.
Mientras paseaba por los estantes de libros tan parecidos
a los de la otra parte, los de la librería del Fondo de Cultura Económica (FCE), me preguntaba: ¿qué
significa ser independiente?
Toda empresa cultural que empieza se llama a sí
misma independiente; sin embargo, la independencia es mucho más que no tener
medios para acceder a los canales masivos. Ser independiente es tener los
reaños de hacer lo que uno quiere, es decir, de trabajar con la libertad de no
tener padrino que te exija. La independencia es dura: requiere de mucha
valentía y la necedad suficiente para apostar por uno mismo. Las empresas
culturales independientes, además, tienen la función de dar cabida a lo
políticamente incorrecto, a lo que se sale de la comodidad, de lo establecido;
de dar voz a autores no consagrados; de mostrar la contra cultura. Dentro de
esta industria en los márgenes debo admitir que tengo especial predilección por
las editoriales.
La razón es simple: los libros. Las editoriales, además de conseguir todo lo anterior, fabrican libros; no libros en masa impresos en china por operarios que no entienden ni los títulos de lo que imprimen. No. Las editoriales independientes publican 200 fetiches mimados al extremo. Las independientes se atreven con formatos alternos, materiales diversos y con temas realmente interesante. Díganme fetichista. Pero estos veo estos libros como pequeños tesoros, ediciones únicas.
Por suerte para mí en México, las editoriales
independientes se cuentan por cientos. Y para ejemplo un botón: Amarillo Editores,
una de las veteranas, lleva 10 años haciendo lo que quiere. Nunca ha pedido ni
recibido ninguna beca o ayuda gubernamental. No está al servicio de empresas y
fondos. No depende más que de la calidad de las obras publicadas. En este par
de lustros atesora más de 180 libros y más de 200 autores publicados. Amarillo
editores publica junto con sus escritores y distribuye en las principales
puntos de venta de libros. Todo un logro para una independiente.
Por supuesto cuando salí de la librería, cargaba una bolsa de libros que no pensaba comprar. Pero debo confesarles otra cosa: me importa un comino.
La feria estará abierta del 8 al 28 de mayo en el Centro Cultural Bella Época. Allí encontraremos 80 editoriales independientes (80 por los años del FCE) mostrando sus publicaciones.